Valentina Ferrario viajó un largo tiempo por el mundo y logró instalar una marca reconocida. Otros profesionales la consultan para adaptar servicios al ecosistema digital. En este artículo, le cuenta a los lectores de InfoCivitano.com qué hacer con el trabajo al migrar.
Valentina Ferrario es una cordobesa (argentina) que vivió viajando durante cinco años de su vida. Ahora reside en una vivienda que montó junto a su pareja en la misma provincia que la vio nacer, en la localidad de Despeñaderos.
Durante sus viajes notó que podía brindar un servicio a otros interesados en migrar –y otros en general– que buscan mudar sus negocios al ecosistema virtual.
Migrar un negocio al mundo digital, montar a través de las redes sociales una actividad económica que es adaptable a este formato pero que hasta ahora sólo presentaba su fisonomía por fuera de internet, puede resultar muy beneficioso para quienes se encuentran desarrollando su profesión pero están pensando en migrar a otras latitudes.
También es una opción interesante para quienes, luego de migrar y ya instalados en un país distinto, pueden seguir explotando sus capacidades laborales sin la limitación de las fronteras.
Pero antes de pensar en esta posibilidad, Valentina –psicóloga de profesión y “grupóloga” por añadidura– considera que se debe prestar atención a una serie de factores importantes.
Los 4 tips principales a la hora de migrar y montar negocio en el ecosistema digital
Valentina ensaya cuatro puntos esenciales que pueden ayudar, en un comienzo, a pensar en la viabilidad de migrar un servicio al mundo digital.
1. Aprovechar la base existente. En la creación de negocios digitales, explica, es fundamental comprender que no partimos desde cero. La experiencia y el recorrido previo en la vida sientan las bases para construir algo sólido. Incluso si nunca hemos aprendido en línea, lo que hemos hecho hasta ahora nos proporciona una base sólida para crear algo poderoso en el mundo digital.
2. Construir una tribu digital. Para tener éxito en el mundo de los negocios digitales, es esencial rodearse de personas que comparten objetivos. Esto incluye encontrar a un mentor que haya recorrido el camino que deseamos emprender y también conectar con colegas y compañeros que estén en la misma búsqueda. La formación de una red de apoyo es fundamental para el crecimiento y la colaboración.
3. Aprendizaje a través de la formación grupal. La construcción de esa red o tribu de apoyo a menudo se logra a través de la formación en grupos, cursos, talleres y mentorías. Estas experiencias brindan oportunidades para el aprendizaje colaborativo y el intercambio de conocimientos. No subestimemos el poder de aprender y crecer juntos en comunidad.
4. Adaptabilidad y Personalización. No existe una única forma «correcta» de hacer las cosas en el mundo de los negocios digitales. Es esencial encontrar un mentor o una guía que nos permita desarrollar un enfoque que se alinee con nuestros valores, intereses y ética personal. La clave no está en seguir una tendencia, sino en encontrar un enfoque que funcione para nuestra vida, recursos y objetivos específicos.
Montar un negocio en la web: una búsqueda personal que logró contagiar
La psicóloga, que ahora es consultada a diario por emprendedores que ven en los negocios digitales una oportunidad, más que migrar propiamente dicho, viajó durante cinco años y medio, donde vivió en cinco países distintos.
Finalmente, volvió a Argentina, a su Despeñaderos natal, una localidad situada en el departamento Santa María, sobre la Ruta Nacional 36, a 50 kilómetros al sur de la Ciudad de Córdoba.
“En el 2017 quise empezar a desarrollar mi actividad de manera online. Me cansé de trabajar de mesera, cuando me estaba mudando, en proceso de migrar, de viaje en viaje”, cuenta.
Así fue que desarrolló un proyecto: se convirtió en una “psicología online” y orientó su actividad a viajeros y viajeras.
Valentina logró, sin ahorrar en esfuerzos, hacerse un lugar entre una cantidad insospechada de “influencers” y recomendadores seriales que aparecían cada tanto con secretos sobre la vida. En este caso, ella lo hace desde la responsabilidad y el desarrollo de una profesión.
“Entonces empezaron a aparecer profesionales que se interesaron en lo que había logrado y abrí un ecosistema para profesionales”, dice.
En el año 2020 logró posicionar su marca. Desde el comienzo, sostuvo que lo más importante pasaba por “humanizar los procesos digitales” y “acompañar a las personas en el desafío de migrar”. En palabras suyas, “las soluciones se tienen que volcar a mejorar la experiencia de los profesionales, acompañar mejor, armar sus encuadre, sus formatos y a ayudar a que otros puedan construir formas de servicio que les permitan crecer”.
No todos pueden hacerlo, advierte. O dicho de otro modo: la primera búsqueda es la adaptación a una forma distinta de desenvolverse en la profesión. Y aclara que su actividad se desarrolla principalmente con psicólogos, pero también orienta a abogados, mentoras, comunicadoras, coaches y formadoras.
Labores menos desgastantes para hacer lugar a otras inquietudes
Valentina piensa que la virtualización de los servicios profesionales debe contemplar estrategias para que la labor sea menos desgastante.
Ya sea que la persona elija migrar o que busque prestar un servicio a través de la web, la finalidad siempre es la misma: “construir algo que no dependa de la limitación geográfica. Algunas personas ni siquiera se mueven de su lugar de residencia”, dice.
“Tengo un programa de psicólogas andando (su público está conformado principalmente con mujeres, aunque también asesora a varones). Son 27 participantes y hay argentinas y uruguayas que decidieron migrar a distintos lugares del mundo”, ejemplifica.
Pero la clave, para que la labor se vuelva realmente menos desgastante, pasa por saber manejar lo que se podría definir como la selva digital.
“Hay una gran desinformación maquillada como sobreinformación. Un montón de personas, con sus estilos y escuelas, pagan a Instagram para publicitar su mensaje de éxito. Pero el desafío es encontrar el punto justo para no hundirse en un estilo que no se adapta a tu filosofía, tus valores o tu pulso de vida”, plantea.
“Hay una búsqueda hasta encontrar nuestro camino. Mientras tanto, nos encontramos con gente que no tiene la misma ética, o contextos similares a los nuestros”, expresa.
La realidad que sigue impregnada en el mundo virtual
La especialista se defiende al mismo tiempo de preconceptos: “El mundo digital horizontaliza, es verdad, pero los privilegios siguen. No va a vender lo mismo una piba de 27 años, sacándose fotos en Bali, que una mujer de 45 con 3 hijos, que migra a un pueblito que nadie conoce. Los contextos importan y eso a veces se pierde de vista”, señala.
Por eso su tarea tiene mucho que ver con anclar la experiencia de los emprendedores o los profesionales que la consultan: “Esto tiene gran significancia”, sentencia.
“Si se parte de la realidad y el contexto de cada sujeto, entonces sí, la mujer de 45 va a encontrar la forma de darle valor a sus fotos y a su modelo de negocio”, entiende.
En su caso, el comienzo del camino vino a través de una mentora que encontró cuando escribía un blog junto a otra viajera. La temática que a ambas les atraía era la “sostenibilidad viajera”.
“Mi compañera me mostró a una psicóloga que ayudaba a otros. Allí encontré mi modelo y así empezó mi camino, porque vi semejanzas con mi propia búsqueda y mi propia forma de vida”, reconoce.
Qué servicios presta Valentina
Valentina acompaña a “desarrollar ecosistemas que funcionan y a diseñar servicios, bajo el lema Las personas al centro”, tal como ella misma lo define. Su especialidad son los negocios digitales, pero su enfoque es que la realidad de los emprendedores debe ocupar la centralidad de la estrategia comercial.
Puntualmente, se ocupa del diseño de servicios, de “ordenar ecosistemas” de negocios y de ajustar los servicios para lograr una mayor adaptabilidad al mundo virtual.
En su perfil de Instagram o en su página web, Valentina también ofrece cursos grabados sobre cómo migrar al ecosistema digital sin perder la esencia. Y sostiene que antes de dar cualquier paso es importante “conocer el mapa completo para saber si puede funcionar”.
En consonancia con esas metas, habla de hacer el mundo digital más vivible. Es decir, que el mundo digital se adapte a los emprendedores, que por ejemplo buscan migrar su negocio mientras están migrando, y no al revés.