La ONG Aparu agrupa a ciudadanos argentinos residentes en el Reino Unido. Su principal objetivo es recaudar fondos destinados a proyectos sociales que se llevan a cabo en Argentina. Según su presidente, aún queda mucho por hacer en beneficio del país.
A más de dos décadas de la crisis de 2001, Argentina se encuentra nuevamente inmersa en un escenario marcado por elevados niveles de pobreza, crisis económica y notables índices de emigración. Aunque el éxodo de jóvenes profesionales es visto por muchos como una tragedia, un grupo de argentinos en el Reino Unido demuestra que es posible contribuir al bienestar del país incluso desde la distancia.
Un refugio para los argentinos migrantes en Reino Unido
En 2002, Argentina enfrentaba una profunda crisis económica y social. La desocupación y la pobreza alcanzaban niveles sin precedentes en su historia, los ahorristas sufrían la confiscación de sus fondos por parte de los bancos, y las calles se convertían en escenario de protestas y movilizaciones diarias. El gobierno de la Alianza, que había asumido con la promesa de una transición ordenada del neoliberalismo, abandonaba el poder debilitado por la presión social y política de diversos sectores. En aquellos tiempos, los aeropuertos se llenaban de argentinos, especialmente jóvenes, que emigraban en busca de mejores oportunidades.
Fue en ese escenario que un conjunto de profesionales argentinos que recién llegaban al Reino Unido o que ya residían allí desde algún tiempo atrás, establecieron Aparu (Asociación de Profesionales Argentinos en el Reino Unido).
La misión inicial de Aparu consistía en proporcionar una red de contactos, y respaldo para el avance profesional de los argentinos que residían en Gran Bretaña. Sin embargo, esta dinámica experimentó un cambio significativo en poco tiempo.
«A poco de haber iniciado sus actividades, y ante la crisis que se vivía en Argentina, surgió una faceta solidaria de la organización que llegó para quedarse y se convirtió en una de sus principales tareas», explica Nahuel Saluzzio (36), el cordobés que actualmente preside Aparu. Nahuel es licenciado en Administración (especializado en marketing) por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Migró a Inglaterra en 2014.
También se modificó la composición de sus miembros, que dejaron de limitarse exclusivamente a argentinos y a profesionales. «En la actualidad, Aparu incluye a personas que no son argentinas ni profesionales, pero que mantienen algún vínculo con nuestro país, ya sea por tener familiares allí, haber vivido un tiempo en Argentina o simplemente por el deseo de colaborar», señala Nahuel. «Nuestro enfoque actual se centra en conectar a la comunidad de argentinos en el Reino Unido y en enriquecer nuestro crecimiento profesional mientras respaldamos el desarrollo social de la República Argentina», añade.
Con el propósito de «conectar a la comunidad de argentinos en el Reino Unido», Aparu organiza diversos eventos sociales, como actividades para el Día del Amigo, así como otras de índole cultural, como la jornada titulada «Borges y Buenos Aires», llevada a cabo el pasado septiembre. Esta última incluyó elementos de literatura y música en vivo, conmemorando los 100 años de la publicación de «Fervor de Buenos Aires», el primer libro de Jorge Luis Borges, el reconocido escritor argentino.
En cuanto a fortalecer el desarrollo profesional de los argentinos en el Reino Unido, Aparu imparte talleres sobre temas como herramientas de marketing, así como programas específicos como el de mentoras para mujeres que se llevó a cabo en el mes dedicado a la mujer.
Aparu tiene hoy unos 600 miembros, pero el día a día de la organización es llevado adelante por unos 25 voluntarios activos que no cobran por su tiempo. No tiene sede, y sus reuniones se hacen en bares o en los domicilios de sus integrantes, aunque cuentan con un domicilio postal en la Embajada Argentina en Londres (capital de Inglaterra), con la que tienen una muy buena relación independientemente de sus diferentes signos políticos circunstanciales.
Nahuel destaca que son personas con perfiles muy diversos y que no todos son profesionales. las edades de sus integrantes van de los 30 a los 70 años aproximadamente. «Estamos orgullosos de la diversidad de personas que integran nuestra organización», destacó.
Saluzzio explica que no reciben dinero de gobiernos, y algunas empresas hacen esponsoreos, pero Aparu se sostiene fundamentalmente con aportes económicos de sus integrantes y donaciones de particulares.
Cada año, la ONG organiza una cena de gala en la que el embajador argentino es el huésped de honor. En el evento se hacen rifas, juegos y una gran subasta. Este año se subastaron dos camisetas de la selección argentina de fútbol del 78 firmadas por los jugadores de la Selección Nacional, Ardiles y Villa.
Lo social, la principal tarea de Aparu
Pero Nahuel destaca que el lado social de Aparu es hoy su principal actividad. Cada dos años, un jurado selecciona dos proyectos vinculados al desarrollo social en Argentina, y luego la organización reúne fondos para contribuir con ellos. «Es un proceso de selección muy riguroso que se ha perfeccionado a lo largo de 20 años», explica el presidente de Aparu, y aclara que «deben ser proyectos desarrollados por organizaciones locales (de Argentina) registradas, que presentan balances, y que no tienen filiación partidaria ni religiosa», entre otros requisitos.
Entre 2020 y 2020, Aparu apoyó a la Fundación San Genaro en su proyecto de médicos rurales itinerantes que viajaban a lugares remotos de Santiago del Estero donde hacía falta atención primaria de la salud. También reunieron fondos para otra ONG llamada Horizonte de Máxima, que construía módulos sanitarios en viviendas muy precarias de Moreno que no tenían baño ni cocina. «Se trabajaba en construir en las viviendas un baño con su instalación y una pequeña bacha».
Durante los dos años que dura el «padrinazgo», Aparu realiza diferentes actividades de recolección de fondos y casi todo lo recaudado va para los dos proyectos seleccionados en ese bienio. El dinero se les entrega una vez por año, y suelen ser cerca de 10 mil dólares por año por proyecto. «Los fondos son para pagar objetivos concretos de los proyectos y no pueden usarse en gastos corrientes o de funcionamiento de las ONG, como pagar sueldos, impuestos o servicios», explica Saluzzio, quien también aclara que se privilegian proyectos sustentables, que no generan una dependencia permanente de los beneficiarios respecto de las ONG.
Al terminar los dos años, el padrinazgo de Aparu se termina y se seleccionan otros dos proyectos. «Esto es bueno porque hay una importante diversidad de proyectos que se apoyan», explica el licenciado.
Los proyectos de Aparu 2023-2025
Este año, Aparu seleccionó el proyecto «Educación, arraigo y desarrollo rural sustentable», de la Fundación Escolares. El proyecto trabaja con 7 escuelas agrotécnicas del Chaco, al norte de Argentina, donde asisten casi 800 niños para aprender técnicas y herramientas productivas. Estas escuelas son sostenidas y gestionadas gracias al aporte de las familias y el trabajo de los 170 docentes que trabajan en ellas. El programa consistirá en refaccionar y equipar espacios pedagógicos y de producción, mejorar el acceso a agua segura, habilitar salas de industrias y fomentar la elaboración sostenible de productos.
El segundo proyecto que recibirá fondos recaudados por Aparu es en conjunto con la Asociación Civil Cynnal en la provincia de Santiago del Estero, en el centro de Argentina. El proyecto se llama «Modelando la vida en Piruaj Bajo» y actualmente trabaja con 12 familias vulnerables de la comunidad campesino indígena de Lule-Vilela que históricamente han vivido de la tala y la producción de carbón de leña. El objetivo es reconvertir su economía para promover la producción sostenible de cerámicas, capacitando a las mujeres como ceramistas para que puedan fabricar y comercializar vajilla, utensilios y piezas ornamentales de cerámica siguiendo métodos ancestrales de su comunidad.
El financiamiento ayudará a la construcción de hornos y la creación de canales para publicitar y vender la producción más allá de la región, al tiempo que se busca cuidar el monte y minimizar el impacto ambiental, en base a un modelo de economía circular que beneficia a la comunidad.
Los interesados en estar al tanto de las próximas convocatorias de financiamiento de programas sociales, puede inscribirse en el sitio de Aparu para que se les informe de las próximas aperturas. La próxima convocatoria se abrirá a comienzos de 2025.
“Los que nos vamos no somos una pérdida para la Argentina. Podemos hacer mucho por nuestro país desde el exterior”, sostiene Nahuel Saluzzio, y Aparu es un claro ejemplo de lo que expresa.