Auser es cursos de italiano gratis, roperos comunitarios, actividades culturales y una solidaridad que abriga el espíritu de los que estamos lejos.
Una mirada distinta
Al llegar a Italia, un migrante se siente incompleto. No solo ha dejado atrás su casa, sus vínculos, espacios que le eran familiares, sino que algunas de sus destrezas más básicas, como el poder comunicarse con los demás, sufren un retroceso al encontrarse con una lengua diferente.
La mirada de algunos es de desconfianza, porque el diferente parece que siempre despierta cierta inseguridad. Otros sienten recelo, por creer (o porque alguien le ha dicho) que el inmigrante es el responsable de sus problemas: la desocupación, la inseguridad o el mal funcionamiento del hospital o de otro ente público, colapsado por la demanda de quienes, piensan, “vienen a usufructuar los recursos nacionales”.
Muy pocos tienen una mirada distinta y reparan en el valioso trabajo que, muchas veces desde la oscuridad o la informalidad, los inmigrantes hacen en pos de la economía y el desarrollo del país que los cobija. Ante este panorama, el impacto psicológico de sentirse solo, incapaz de expresarse y objeto de la mirada desconfiada de los otros, puede ser devastador. Es entonces cuando la tarea de organizaciones como Auser se vuelve gigante.
Por eso, desde InfoCivitano.com quisimos hacer conocer a esta organización que ningún inmigrante en Italia debe dejar de conocer.
El encuentro con Tonino
Muchos argentinos llegaron a Calabria en los últimos meses tras las huellas de sus ancestros. Buscan el reconocimiento de su ciudadanía italiana “iure sanguinis”, el derecho a heredar la patria de sus abuelos. Lo hacen en busca de un futuro mejor que la que les promete el país que dejan atrás, aquel al que algunos ni siquiera saben si volverán algún día.
Entre ellos nace y crece una solidaridad encomiable. En Facebook o por grupos de WhatsApp se saludan, se dan consejos, se prestan cosas, compran y venden lo que necesitan, comparten sus experiencias. A veces se organizan y se reúnen, bailan alrededor de una fogata en la playa, se dan aliento. Pronto no volverán a verse, tendrán diferentes destinos en el mundo, pero por ahora, son familia, o lo más cercano a eso que se puede.
De uno de esos consejos, me llegó el dato de un hombre en Amantea que enseña el italiano a los inmigrantes, gratis. Así llegamos tres argentinos al círculo del Auser en calle Trieste número 13, y nos encontramos con el profesor Antonio “Tonino” Perricone, un conocido y destacado vecino de la localidad.
Trieste 13, en Amantea
En el ingreso del Auser hay carteles que indican los talleres que se realizan en la entidad. Todos son gratuitos. En las salas de la sede se escuchan diferentes lenguas y dialectos, mezclados con los saludos de bienvenida del profesor: “Buongiorno”, dice, con una sonrisa y un apretón de manos.
Frente a la pizarra se sienta una joven ucraniana que, con su hijo, llegó huyendo de la guerra; también otra joven de Eslovaquia, varios argentinos con tonadas de Tucumán, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. En el medio del murmullo, un uruguayo apodado “el vasco”, hace varias preguntas, que interrumpe con pausas para tomar su inseparable mate.
En las paredes hay fotos de las clases tomadas por grupos anteriores, grupos de personas mayores, hombres jóvenes inmigrantes de lejanos países del sur asiático o de la cercana áfrica. Con todos Tonino tiene la misma paciencia, explica una y otra vez los temas del programa, pero también se permite digresiones para hablar de las realidades sociales que, por momentos, lo indignan y lo rebelan hasta las lágrimas.
Después de la clase, Tonino ofrece a los asistentes algunos libros de la biblioteca popular, o les recuerda que pueden tomar alguna prenda del ropero comunitario, los invita a tomar un café, o los alienta a hacer una reunión recreativa. Si detecta alguna destreza en uno de los asistentes, Tonino lo invita a dar un taller o participar de un espectáculo cultural. Antonio Perricone se parece a los inmigrantes, a los negros, a las mujeres, a los viejos y a los jóvenes. Tonino se parece a nosotros, los “otros”.
Por un rato, nos olvidamos que estamos lejos, nos sentimos cómodos con todos los distintos, con todos los ajenos, los migrantes. La calidez de Antonio nos hace sentir en casa, acompañados, y nos recuerda que aquellos antepasados nuestros que un día partieron a otras tierras, dejaron aquí a sus hermanos.
Tonino, un ciudadano de Amantea
Tonino nació en Mendicino (Cosenza), pero vive en Amantea desde 1978, donde llegó por traslado como docente desde Turín, donde comenzó su carrera como docente de Escuela Media Superior en el Instituto Técnico Industrial Estatal «A, Avogadro». A poco de llegar a Amantea, el joven docente, que ya había militado en las filas de la Central Sindical antifascista CGIL (Confederazione Generale Italiana del Lavoro), se puso a disposición del partido Comunista local para colaborar en un nuevo proyecto de ciudad.
Este docente de «Tecnologías, Dibujo y laboratorio – sector Mecánica», cargo que desempeñó durante más de treinta años, hasta la edad de jubilación con 40 años de servicio; mantuvo en paralelo una importante tarea de compromiso político-sindical, en pos de una “sociedad más justa, sin barreras, inclusiva y solidaria”, como suele repetir cuando un debate social se dispara cerca de él (o cuando él mismo lo desata).
Tonino es un convencido de que a la sociedad la pueden (y deben) cambiar todos los ciudadanos con compromiso social, político y democrático, “con las herramientas que la Constitución, nacida de la resistencia, pone a disposición”, expresa él mismo. Cree en la participación ciudadana, con sus valores e ideales, y está en contra de la delegación de los derechos en otros: “nunca dar cheques en blanco a otros”, dice, en referencia a la conducta de votar y desentenderse luego de la realidad social.
Pero Antonio no es un hombre de palabras, sino de acciones. Su trayectoria sindical, pero también su compromiso cooperativista son un testimonio de ello. Conversando con él se llega a conocer que fue fundador de una cooperativa de vivienda en 1979, con importantes resultados. Hoy, ya como jubilado, continúa su militancia en el Sindicato de Pensionados Italianos de la Cámara de Trabajo de Amantea.
Por estos días, su principal obsesión es convertir el Policlínico Sanitario de Amantea (que atiende a más de 30 mil ciudadanos) en una «Casa de la Salud» para los primeros niveles esenciales de asistencia las 24 horas del día.
El Auser
El Auser es una organización de la sociedad civil (en italiano ETS, ente del tercer sector), fundada en 1989 por la CGIL y el Sindicato de Pensionados. Es una asociación de voluntariado y promoción social que tiene diferentes objetivos, entre los cuales se cuentan favorecer el envejecimiento activo de los ancianos y valorizar su rol en la sociedad; contrarrestar toda forma de exclusión y discriminación social, en particular hacia los migrantes y las mujeres de todas las edades.
“Al Auser pueden asociarse personas físicas, sin ninguna distinción de etnia, género, religión, cultura y pertenencia política, todos aquellos que comparten los fines Estatutarios, del código ético, las finalidades de la Asociación y que participan en las actividades de la misma con su obra, competencias y conocimientos”, explica Tonino, quien la define como una “organización libre de hombres y mujeres”.
Actualmente, Auser tiene casi 300 mil socios, y coordina el trabajo de más de 46 mil voluntarios que trabajan en 1558 sedes en toda Italia. Al año, Auser es el espacio en el que se ponen en acción más de 7,8 millones de horas de voluntariado, con la participación de 788 mil personas.
El Círculo Amanda de Auser se fundó el 14 de enero de 2010, por voluntad de 35 socios de la organización. En el Auser, los voluntarios encuentran un espacio para brindar sus conocimientos y experiencias en talleres y actividades gratuitas. Quienes desean hacerlo, colaboran con solo € 20 que contribuyen al sostenimiento de los gastos básicos de la institución.
Centro de salud gratuito para necesitados e inmigrantes
Hace pocos días, la organización habilitó un centro de atención sanitaria en Cosenza. El ambulatorio auser Cosenza “sansa confini” (sin fronteras), funciona en vía Milelli 10, de Cosenza. Allí se efectúan gratuitamente visitas y atenciones de medicina general y especialidades, atención odontológica, así como servicio de traslado para ancianos o personas discapacitadas con vehículos adaptados.
Para comunicarse con este centro de salud, abierto y gratuito para ciudadanos e inmigrantes, se lo puede hacer por WhatsApp al +3937709088585, por mail a [email protected] o por redes sociales. Facebook: Auser Cosenza, o Instagram: @auserterritorialecs.
Donde sea que estés, si sos inmigrante, podés ponerte en contacto con la oficina más cercana de Auser y seguramente recibirás una respuesta solidaria. Consultá las oficinas de Auser en todo Italia en el sitio: https://www.auser.it/