Tras un largo conflicto burocrático por la validez de sus actas con firma digital, los jóvenes obtendrán su derecho de ciudadanía ius sanguinis.
Macerata es una ciudad del centro este de Italia, capital de la provincia del mismo nombre, en la región de Las Marcas. Con poco más de 42 mil habitantes, esta tierra de campos dulces y fértiles, tiene un centro histórico encerrado en murallas de los siglos XV y XVI, y una vida que se desenvuelve a ritmo calmo. Es conocida por sus espectáculos liricos y culturales de nivel internacional, y por su universidad, la Università degli Studi di Macerata, una de las más antiguas del mundo.
El pueblo se encuentra a solo 20 kilómetros de otro poblado, Recanati, que adquirió trascendencia hace cuatro años cuando le otorgó al capitán de la selección Argentina de fútbol, Lionel Messi, la ciudadanía italiana por ser descendiente de pobladores del lugar.
Este hermoso poblado en las colinas de Las Marcas, fue el escenario del calvario de un grupo de jóvenes argentinos que llegó tras los pasos de sus ancestros en busca del reconocimiento de su ciudadanía italiana.
Polémica por las actas digitales
Según trascendió en la prensa local, un grupo de jóvenes argentinos, descendientes de migrantes maceratenses, que habían llegado hace varios meses (algunos más de un año) tenían sus trámites de reconocimiento de ciudadanía ius sánguinis (por reconstrucción) demorados. La causa de ello era que las actas que habían presentado contenían firmas digitales emitidas por los organismos estatales argentinos, algo que desde la comuna sostenían que requería una verificación posterior, y que debían ser nuevamente legalizadas por las autoridades argentinas.
Sin embargo, este tipo de documentación estaba siendo recibida sin inconvenientes en otras localidades de la misma provincia, como Appignano, Recanati (la que le otorgó la ciudadanía a Messi) o Civitanova.
Mientras tanto, los jóvenes que tenían sus reconocimiento de ciudadanía demorados, no podían trabajar y sus fondos se agotaban.
Una dura editorial
Frente a este panorama, el diario local Cronache Maceratesi publicó el 18 de noviembre pasado una dura editorial que reclamaba por la situación de los jóvenes (italo) argentinos. La columna, que llevaba el título «La ciudadanía a los argentinos ´de regreso´. Macerata no la concede, los demás municipios sí. El silencio de la Prefectura y el Ministerio», indicaba que todo estaba trabado debido a un problema burocrático.
«Si, en siglos pasados, miles se fueron a Argentina en busca de trabajo y dignidad, hoy, debido a la crisis económica, se asiste al fenómeno inverso. Jóvenes argentinos con antepasados italianos que llaman a nuestras puertas», indicaba el texto periodístico, que agregaba además que «ahora se señalan continuos retrasos debido a una cuestión técnica aún no resuelta: el reconocimiento de la firma digital en los documentos debidamente legalizados por el Ministerio argentino y presentados en Italia».
Según trascendió por la prensa, la demora se debía a una consulta realizada por la Comuna a la Prefectura (Jefatura de policía de seguridad provincial), y a las autoridades del Ministerio del Esterior, respecto de la validez de las actas. Pero las consultas llevaban meses sin ninguna respuesta.
En el pasaje más duro de la editorial del medio local, se recalcaba que en las localidades cercanas los mismos documentos eran aceptado para otorgar la ciudadanía en pocas semanas, y se preguntaba si no se trataba de una cuestión de clase social que las actas digitales “fueran suficientes para el «recanatense» (oriundo de Recanati) Lionel Messi, pero no para los descendientes no millonarios de esos miles de maceratenses emigrados en siglos pasados”.
Finalmente, respuesta favorable a la ciudadanía
Las cosas comenzaron a cambiar con la llegada de la nueva prefecta Isabella Fusiello, quien indicó que las puertas de su oficina estarían abiertas para todos.
Finalmente, la noticia llegó esta semana, cuando llegó a la Comuna de Macerata la confirmación por parte de la Prefecta Isabella Fusiello de que las firmas digitales eran suficientes. Tras consultar al Consulado Argentino en Roma y al Consulado Italiano en Buenos Aires, Fusiello confirmó que los documentos eran válidos y suficientes para acreditar la reconstrucción de la ciudadanía ius sanguinis de los jóvenes.
Así lo confirmó a la prensa el concejal municipal Marco Caldarelli, quien confirmó el miércoles que el problema había quedado superado, lo que sienta un precedente definitivo para los futuros inmigrantes que deban presentar este tipo de documentos.