El gobierno de Giorgia Meloni dispuso la emergencia migratoria, con un presupuesto inicial de 5 millones de euros. El gobierno advirtió que en los últimos 3 días, arribaron a sus costas más de 3 mil inmigrantes irregulares y reclama una intervención concreta por parte de la Unión Europea.
Tabla de contenidos
El decreto del gobierno italiano
El Gobierno de Italia dispuso este jueves la declaración de la emergencia inmigratoria en todo el territorio nacional. La medida fue resuelta por el Gabinete de Ministros y se presentó como una política para dotar de más recursos al Estado para resolver con velocidad la deportación de los inmigrantes irregulares que no fuesen autorizados a quedarse en el país. La presidenta del Consejo de Ministros de Italia, Giorgia Meloni, y su equipo tomaron la medida luego de que, según declaraciones del propio gobierno, arribaran a las costas de Italia más de 3 mil inmigrantes irregulares.
Nello Musumeci, ministro de Protección Civil y Políticas Marítimas, fue el impulsor de la decisión. En declaraciones a la prensa internacional, el funcionario argumentó que la medida busca hacer frente al arribo masivo de inmigrantes y que permitirá reforzar los recursos estatales para expulsar a migrantes sin derecho de asilo del territorio italiano. «Lo hemos decidido para dar respuestas más eficaces y rápidas a la gestión de los flujos», explicó Musumeci.
Sin embargo, el funcionario reconoció que «esto no resuelve el problema» y dijo que «la solución está ligada a una intervención consciente y responsable de la Unión Europea».
En general, las medidas de emergencia se toman en situaciones de catástrofes, lo que puso en estado de alerta a las organizaciones de derechos humanos en torno a cuáles pueden ser las medidas excepcionales que podría implicar la emergencia migratoria.
En qué consiste la emergencia migratoria
El decreto publicado este jueves brindará una partida de más de 5 millones de euros al gobierno para que, en el plazo de seis meses, se aceleren los procesos y acciones de tratamiento de la situación legal de inmigrantes que buscan acogida en la península.
En los próximos días, Meloni deberá nombrar un «comisario» para cumplir los objetivos del decreto, tales como la «reducción de los riesgos generados por los residuos derivados de la catástrofe» (en referencia a los barcos que llegan en muy malas condiciones hasta la zona marítima soberana de Italia), garantizar servicios esenciales y ayudar a la población afectada por la catástrofe.
Reclamo a la Unión Europea
En este contexto, el vicepresidente del gobierno italiano, Matteo Salvini, afirmó que «es crucial que Europa despierte e intervenga». «Llevan años hablando, pero nunca ha movido un dedo, y es hora de demostrar que existe una comunidad, una Unión, y que la solidaridad no es sólo responsabilidad de Italia, España, Grecia o Malta. Porque mil llegadas al día somos absolutamente incapaces de apoyarlas económica, cultural y socialmente».
Según estadísticas del gobierno italiano, 31 mil migrantes llegaron a las costas de Italia en el primer trimestre de 2023, un número cuatro veces superior que las casi 7 mil que arribaron en el mismo periodo de 2022. Solamente en el mes de marzo, 13 mil personas llegaron en botes a aguas italianas buscando el auxilio humanitario. El viernes pasado se informó del arribo de 1.389 personas más, y se cree que el mejoramiento de las condiciones climáticas por la primavera podría agravar la situación.
La gran mayoría de los migrantes que entran a suelo italiano proceden de Costa de Marfil, Pakistán, Guinea y Túnez; y se cree que provienen de los mismos puntos de salida impulsados por mafias o redes de traficantes de personas.
Los migrantes viajan en precarias embarcaciones hacia la ruta que conecta el norte de África con las costas de Sicilia y Lampedusa, cuyos centros de acogida están colapsados de capacidad.
Además, Italia anunció la apertura del Centro di Permanenza per il Rimpatrio, que facilitará a las autoridades las actividades de identificación y deportación.
El martes, según cifras de AP, unos 1.600 inmigrantes permanecían en la estructura de Lampedusa, mientras las autoridades esperan un mejor clima para trasladar al menos a 400 fuera de la isla.