La Tessera Sanitaria es gratuita para los ciudadanos italianos, pero una provincia del sur quiere cobrarle 2 mil euros a los jóvenes italo argentinos que accedieron a la ciudadanía italiana. Los jóvenes reclaman que la medida es discriminativa e inconstitucional, y que les piden montos fuera de sus posibilidades.
Nicotera: otra colonia de inmigrantes en Calabria
Nicotera es un pueblo turístico en la provincia de Vibo Valentia, al sur de Italia, sobre la costa occidental de la península. Cada verano, la localidad florece de turistas que buscan disfrutar de sus hermosas playas. Pero en el invierno, la localidad queda económicamente deprimida, algo que en los últimos años comenzó a cambiar. Es que Nicotera es uno de los pueblos que encontró un impulso por la llegada de los descendientes de italianos que buscan el reconocimiento de la ciudadanía italiana iure sanguini (por derecho de sangre).
Sin embargo, esta semana muchos de los ítalo-argentinos a los que el Estado (y la Constitución Italiana) reconoció como italianos, se enteraron que «no lo son tanto», o que son “ciudadanos de segunda clase”, según lo hicieron notar a través de reproches públicos. Al llegar al centro de salud local para tramitar la Tessera sanitaria (tarjeta sanitaria estatal para los ciudadanos), se encontraron con un cartel, específicamente dirigido a los «argentinos», que los trataba como extranjeros.
«Italianos pero no tanto»
Rodrigo es cordobés. Hace pocos días, y luego de un largo trámite que consiguió tras mucho esfuerzo (vendió todo lo que tenía en Argentina y trabajó todo el invierno en una quinta local), el Gobierno italiano reconoció su ciudadanía. No fue un regalo de nadie: es cuestión de derecho que establece que el hijo de un italiano es italiano.
Como uno de sus primeros trámites, Rodrigo fue, con su carta de identidad, al centro de salud provincial de Nicotera. Su búsqueda era gestionar la Tarjeta Sanitaria. Pero al llegar al sitio una mujer le dijo que tenía que pagar 400 euros (lo mismo que Rodrigo paga por mes como alquiler de un pequeño departamento).
A pesar de su insistencia, porque el joven estaba seguro de que no le correspondía pagar nada por el carnet (mucho menos una suma tan elevada), la mujer insistió y señaló una circular pegada en la pared.
Lo que más sorprendió a Rodrigo no fue la novedad de tener que pagar por algo que los ciudadanos italianos tienen como derecho, sino que la excepción a la gratuidad fuese para un grupo tan específico: “los argentinos”. No se trata de los extranjeros, ni de los extracomunitarios. Tampoco de quienes son descendientes de italianos sin tener reconocimiento aún. La nota está dirigida a los ítalo argentinos, a quienes trata, directamente, de “argentinos ius sanguinis”, desconociéndose su ciudadanía.
Cuando Rodrigo pidió explicaciones, la mujer le dijo que «los jóvenes sacan la tessera sanitaria y luego se van a España». Y que al usar el carnet de salud en ese país se «genera costo al sistema de salud de Italia».
La medida, sin embargo, no está enfocada en los ciudadanos que adquieren el carnet y luego salen del país, sino específicamente en los de origen argentino.
El dato. La Constitución de la República Italiana dice en su artículo 3 que «todos los ciudadanos tienen igual dignidad social y son iguales ante la ley, sin distinción de sexo, raza, lengua, religión, opiniones políticas, condiciones personales y sociales». El reclamo de los afectados es que, al parecer, para los ciudadanos italianos que nacieron en Argentina, esta igualdad ante la ley no rige.
Qué dice la circular de Nicotera
“Asunto: inscripción de argentinos ius sanguinis”, comienza la circular que lleva el membrete de la Azienda de Salud Provincial de Vibo Valentia. El texto indica que “dada la inmigración masiva de jóvenes argentinos que obtienen la ciudadanía y la residencia por ius sanguinis, existiendo un vacío normativo, se ha procedido a solicitar a las autoridades competentes acerca de la inscripción obligatoria en el SSN” (en referencia al sistema de salud nacional).
La nota señala que, según indicaciones del Ministerio de Salud (no se especifica si Nacional o de otro nivel del Estado), “tienen derecho a la inscripción obligatoria en el SSN solo aquellos sujetos, ciudadanos italianos que en el pasado ya habían tenido una residencia en Italia (por ejemplo, padres), tal inscripción obligatoria en el SSN no se reconocía en cambio a esos ciudadanos italianos de segunda a tercera generación (por ejemplo, hijos o nietos nacidos en Argentina que hubieran adquirido residentes anteriormente ni tengan relaciones laborales). A estos últimos la inscripción en el SSN se les da solo previo pago de la inscripción voluntaria”.
La notificación, que tiene fecha de enero, agrega que para inscribirse en el sistema de salud estatal “los ciudadanos (extranjeros y no)” deben residir de manera regular y deben tener en curso “actividades laborales regulares ya sea como empleados o autónomos”. Esto, según habría interpretado la mujer ubicada en la puerta del hospital, no solo significa que los ítalo-argentinos son tratados como extranjeros extracomunitarios (a los fines de reconocerles su derecho a la salud), sino que aunque quisieran pagar por acceder a la salud, no podrían hacerlo a menos que tuvieran un domicilio fijo y un trabajo estable.
Junto al cartel específico para los “argentinos ius sanguinis”, hay otro que explica las tarifas que deben pagar los extracomunitarios si quieren inscribirse en el sistema de salud. La “contribución voluntaria” (obligatoria) asciende a unos 2 mil euros.
Cuánto cuesta la Tessera Sanitaria en Italia
En Italia, el carnet sanitario (tessera sanitaria) es un derecho de todos los ciudadanos. Así lo indica el propio Ministerio de Salud Nacional en su sitio web.
Se trata de un carnet que contiene el código fiscal (Códice fiscale) emitido por la Agenzia Tributaria de Italia y se utiliza para acceder al servicio de salud pública, ya sea a la consulta de un médico de cabecera, al centro de salud local, o a descuentos en los medicamentos en las farmacias, a los laboratorios de estudios clínicos, a una cita con un especialista en un hospital.
“La Tarjeta Sanitaria-CNS es gratuita, normalmente tiene una validez de seis años o igual a la duración del permiso de residencia y, al vencimiento del TS, es enviada por el Ministerio de Economía y Hacienda a todos los ciudadanos asistidos por el Servicio Nacional de Salud”, indica la web específica del gobierno sobre información de la tessera sanitaria.
Incluso el sitio de Agenzia Entrate del Ministerio de Economía recalca que los únicos requisitos para la obtención de la tarjeta sanitaria son tener código tributario (códice fiscale) correctamente asignado por la Agencia Tributaria, y estar registrado ante la autoridad sanitaria local competente, la cual debe transmitir sus datos al «sistema de tarjeta sanitaria».
En el país latino, sólo los residentes italianos que no tienen nacionalidad de la Comunidad Europea deben pagar por la Tarjeta Sanitaria, un monto que asciende a los 2 mil euros anuales (unos 2200 dólares), como “contribución”.
Decepción de los ítalo argentinos
«Italia necesita la inmigración. Se la pasan diciendo que necesitan que los jóvenes no se vayan, pero con estas actitudes el Estado está dando el ejemplo contrario a la sociedad. ¿Quieren que nos sintamos integrados o lo contrario? La ley dice que somos italianos, el Estado dice que somos italianos, pero los funcionarios dicen que no somos iguales ante la ley. No somos italianos, sino argentinos ius sanguinis», reclamó Fabricio, otro de los jóvenes que recientemente obtuvo su ciudadanía.
«Muchos somos jóvenes profesionales, tenemos ganas de trabajar y aprender. Amamos esta tierra hermosa y queremos construir un futuro acá, pero nos encontramos un cartel en un edificio público que dice que no somos italianos, no se entiende por qué nos quieren hacer sentir ajenos dos días después de darnos la carta de identidad italiana», planteó Laura, joven nutricionista que trabaja en un hotel de la zona.
En el grupo de WhatsApp que comparten entre ellos hay diferentes puntos de vista. Mientras algunos acuerdan con que la medida «es ilegal e injusta» y llaman a «no pagar la suma que les piden en el hospital», otros se resignan y prefieren pagar lo solicitado, aunque reconocen que es «una suma muy alta». La salud privada es muy costosa en Italia y estar sin cobertura, para cualquiera de estos jóvenes, es una «ruleta rusa».
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Por desgracia me toca hacer los trámites para la ciudadanía italiana en Morón pcia. de Buenos Aires, es una de las sedes que no ha hecho nada para agilizar los trámites, hace más de un año que estoy atascada con el turno, y sigue subiendo el precio del pago para hacer los trámites de la ciudadanía!!!!! Quieren que desistamos, de algo que es nuestro derecho???? Tal vez!!!!?!!